Por: Valeria Bocanegra
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México es un paraíso gastronómico y la comida callejera es una de sus mayores joyas. Sin embargo, en medio de tanta oferta, ¿cómo sabe un mexicano si un puesto de tacos, garnachas o antojitos realmente vale la pena? Le preguntamos a nuestros seguidores en Facebook y esto fue lo que respondieron. Si ven alguna de estas señales, no lo duden ¡acérquense y prueben algo delicioso!
Si el mismo trapo con el que limpian la mesa también se enjuaga en el bote donde se lavan las manos, están en un lugar de tradición. Si bien no es lo más higiénico, es un clásico de los mejores puestos de garnachas. Hay quienes dirían que es parte de lo que aporta la sazón extra que hace que todo sepa mejor.
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Si la señora que cocina lleva un mandil de cuadros y un corte de cabello corto, prepárense para comer la mejor comida de su vida. Estas maestras de la cocina dominan el arte de los antojitos como nadie y, seguramente, tienen décadas de experiencia preparando quesadillas o sopes (porque, en el imaginario de los mexicanos, las señoras preparan quesadillas y, los señores, tacos).
Si en el puesto utilizan leña para cocinar, no lo duden: están ante una comida llena de sabor. Esa sensación ahumada que le añade la leña a los guisos y a las tortillas simplemente no tiene comparación.
Si ven un puesto con muchos tópers o cazuelas -si son de barro, mejor- ya van de gane. Entre más variedad de opciones haya, más posibilidades tienen de encontrar un platillo inolvidable.
El sonido de la masa golpeando el comal es música para los oídos de cualquier amante de la comida callejera. Si divisan un comal grande y con tortillas hechas a mano -aún mejor si son azules- tienen asegurado un festín delicioso.
Los seres humanos nos guiamos por nuestro instinto de imitación, le tememos a lo desconocido. De este modo, cuando vemos fila o muchas personas comiendo, podemos especular que el sabor estará garantizado.
Si al acercarse, Doña “Pelos” les suelta un “Pásele, güero, ¿qué le damos?”, saben que están en el lugar correcto. Si, además, le añaden preguntas del estilo “¿Traes lana o vas a querer fiado?”, ya pueden considerar ese lugar como su segunda casa.
Este fue uno de los más repetidos. Los manteles con estampados florales y los saleros en forma de jitomate o limón son señales de tradición y sabor. Se trata del sello de los lugares que han servido garnachas deliciosas por generaciones.
La comida callejera mexicana es un arte y estos detalles, aunque cómicos, pueden asegurar que están en lugar de tradición. Ahora que tienen estos consejos, ¿cuáles de estas señales buscan cuando van por garnachas?
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